(Ciudad del Vaticano, 18 de junio
– AFP).- El papa Francisco reclamó una “revolución valiente” para salvar el
planeta, amenazado por el consumismo, en su encíclica sobre el medio ambiente
en la que acusa al sistema económico y financiero de ahogar a los pobres.
El documento de casi 200 páginas,
que lleva por título “Laudato si, (Alabado seas) sobre el cuidado de la casa
común”, fue presentado oficialmente este jueves en el Vaticano.
El texto acusa sin rodeos a la
política, a la tecnología y a las finanzas de depredar el medio ambiente y
generar pobreza.
“La Tierra, nuestra casa, parece
convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”
“La humanidad está llamada a
tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilo de vida, de
producción y de consumo”, escribió el papa.
Francisco acusa a “la política y
a las empresas de no estar a la altura de los desafíos mundiales”, tras haber
hecho un “uso irresponsable de los bienes que Dios ha puesto” en la Tierra.
El papa argentino condena con
palabras firmes el consumismo y el capitalismo salvaje y los señala como
responsables de la degradación de la “madre y hermana Tierra”, como la llama.
“La Tierra, nuestra casa, parece
convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”, lamenta el
pontífice.
Escuchemos el “gemido de la
hermana Tierra”, acosada por un brutal cambio climático y la “cultura del
descarte”, pide.
La primera encíclica que se le
puede atribuir completamente al pontífice argentino, ya que la precedente fue
escrita a cuatro manos con Benedicto XVI, es un texto “contundente y
desafiante”, que marcará “un antes y después”, según numerosos vaticanistas.
“No es neutral, está escrita
desde el mundo empobrecido, desde el Sur”, comentó el obispo de Aysen, Luis
Infantil, para la página internet Religión Digital.
El texto fue publicado en seis
idiomas, entre ellos español, y presentado por el presidente del Pontificio
Consejo Justicia y Paz, el cardenal Peter Turkson; el metropolitano de Pérgamo
John Zizioulas, en representación del Patriarcado Ecuménico y de la Iglesia
Ortodoxa; y el profesor John Schellnhuber, fundador y director del Instituto de
Potsdam para la Investigación del Impacto Climático.
Contra el mercado divinizado
“Hoy ‘cualquier cosa que sea
frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado
divinizado, convertidos en regla absoluta’”, escribe el papa.
La encíclica verde es un llamado
“urgente” a una “valiente revolución cultural” que ponga fin al “desenfreno
megalómano”, al consumismo, a las desigualdades, recalcó.
Francisco propone ante todo un
nuevo modelo de desarrollo, basado en la sobriedad y la solidaridad, y analiza
a lo largo de varios capítulos las razones del deterioro del planeta y de cómo
las estructuras de poder lo han ocasionado.
“Ha llegado la hora de aceptar
cierto decrecimiento en algunas partes del mundo aportando recursos para que se
pueda crecer sanamente en otras partes”, escribió.
El pontífice argentino exige que
se pongan “límites” porque es “insostenible el comportamiento de aquellos que
consumen y destruyen más y más, mientras otros no pueden vivir de acuerdo con
su dignidad humana”.
La deuda ecológica
Francisco denuncia el actual
sistema económico mundial que usa la “deuda externa como instrumento de
control” y acusa a los países ricos de no reconocer la “deuda ecológica” que
tiene con los países en vías de desarrollo.
“Esta encíclica tendrá un impacto
muy fuerte, ningún papa había tomado partido así. Es el fruto de una pasión
inmensa”
Tienen una “deuda ecológica” con
“los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes
reservas de la biosfera y que siguen alimentando el desarrollo de los países
más ricos a costa de su presente y de su futuro”, recalca.
El pontífice latinoamericano, que
se inspiró en San Francisco de Asís, el santo defensor de la naturaleza y los
pobres, teme una guerra por el agua, denuncia la pérdida de la biodiversidad y
la desigualdad entre regiones ricas y pobres.
El documento está dirigido a todo
el mundo, y no sólo a los católicos, y pide ante todo “responsabilidad” de cara
a la destrucción del planeta.
Presentado tan sólo seis meses
antes de la cumbre de Naciones Unidas sobre el calentamiento climático,
prevista en diciembre en París, el documento influirá en la comunidad internacional.
“El sometimiento de la política
ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las cumbres
mundiales”, lamentó.
“Esta encíclica tendrá un impacto
muy fuerte, ningún papa había tomado partido así. Es el fruto de una pasión
inmensa”, comentó Christiana Figueres, presidenta de la convención de la ONU
para el cambio climático.
Esa posición genera también
críticas y reacciones, por lo que no se excluye campañas en su contra, basadas
en estudios científicos y financiados por el sector petrolero e industrial con
inmensos intereses.
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