lunes, 12 de octubre de 2020

DISCIPLINA REVOLUCIONARIA

 REFLEXIONES DEL CONCEJAL GERMÁN LARES


La disciplina revolucionaria no se debe quedar en teoría debe ser práctica, la disciplina no es más que la capacidad de actuar ordenadamente para conseguir un objetivo, pero ella, nace del propio pensamiento del individuo revolucionario, pero se activa del objetivo colectivo.

Sin disciplina en una organización es imposible emprender cualquier acción revolucionaria seria

Es necesario tener desprendimiento consciente del objetivo individual y entregarse física y espiritualmente al objetivo planteado

Un buen revolucionario o revolucionaria, debe ser disciplinado(a), cultivar la humildad, la madurez política; ir incluso, en algunas situaciones, en contra de lo que nos provoca, sacrificando el deseo  instintivo y dando cabida al razonamiento profundo, al que conduce el análisis situacional. Pero no confundamos el ser “disciplinado” con ser “borrego”, también la disciplina revolucionaria exige el derecho a la comprobación y a la crítica constructiva, al debate permanente, a la batalla de ideas. Por eso es, disciplina revolucionaria en lo individual y en lo colectivo

Sin una férrea disciplina revolucionaria sería más difícil seguir avanzando y pronto podrían aparecer entonces, las dudas, los desencantos. La lucha es de todo un pueblo y es solo con planificación real, organización y unidad alcanzaremos el objetivo

Sin disciplina la vanguardia revolucionaria no puede existir, porque entonces ella se encontraría en completa desunión práctica, sería incapaz de formular las tareas del momento e incapaz de cumplirlas

La disciplina revolucionaria es fundamentalmente autodisciplina del individuo a partir del objetivo colectivo. Esto debe ser la línea de conducta de un verdadero revolucionario en total coherencia entre tu ortodoxia y su orto praxis. Sin disciplina en la acción es virtualmente imposible vencer en el combate. La indisciplina conduce a la impotencia política y al anarquismo

Un cuadro revolucionario es alguien que además de voluntad y resolución posee una sólida formación política, experiencia y disciplina. Un cuadro  revolucionario no solo debe poseer una sólida formación teórica sino que debe ser excelente en la transmisión de ese conocimiento. No es quién más sabe o mejor habla sino quien mejor transmite y contagia los principios fundamentales de lucha. La formación política se alcanza cuando se combinan armónicamente el conocimiento teórico con la acción revolucionaria y la disciplina para hacerlo

¡Dios los bendiga!

¡Leales siempre, traidores nunca!

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