jueves, 21 de diciembre de 2017

CARTA AL NIÑO JESÚS CON COPIA A DONALD TRUMP



 Gian Carlo Di Martino 

Antes que nada, mi querido Niño Jesús, tengo que pedirte perdón por la copia que le voy a enviar al presidente estadounidense, Donald Trump, cuando esto debería ser un secreto entre los dos como muchas de las cartas que, por estos días, te envían millones de personas con un cúmulo de peticiones, pero es que este señor se cree Dios y se le debe hacer entender que ni él ni el imperio gringo son los dueños del mundo, no son los propietarios de la vida de las personas. Ya han matado a mucha gente en nombre de la democracia; demasiados hombres, mujeres y niños de esos pueblos que invaden han sido mutilados, desmembrados por el fuego de sus misiles y sus bombas, para saciar su grosero consumismo, sus ansias rapaces de capitalismo desenfrenado, sus feroces intereses particulares.

Sé que no es fácil meterle en la cabeza a un mandatario norteamericano esta petición y menos si es como Trump, que por la forma en que actúa desde Washington debe imaginar que la Creación del Padre es una cosa un poquito –solo un poquito, no mucho, algo insignificante quizás- más grande que los escenarios donde desfilan las participantes del Miss Universo, así que estando a la diestra del Señor te pido, por favor, de todo corazón, que al menos lo consultes con el Salvador.

Comprende mi preocupación, querido Niño Jesús. Ya el presidente Trump comenzó con las sanciones a Venezuela a petición de un ser sin alma llamado Julio Borges, con el único objetivo de acentuar el hambre en la población y doblegarla en función de tumbar al presidente obrero, Nicolás Maduro, quien no desmaya buscando soluciones a la crisis que provocaron los grupos terroristas Primero Justicia, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática, que seguro, seguro, no han desistido de la violencia. Ahorita están replegados por las derrotas que les propinó el pueblo en las elecciones regionales y municipales, pero estoy convencido que si logran recuperarse de una vez arremeterán de manera impune en contra de la gente como siempre hacen.

Por eso te pido por lo más sagrado que le hables al Omnipotente, que le levante el copete a Trump y con su mano poderosa y misericordiosa trate de llegarle a las neuronas del amor, de la paz, de la tolerancia, de la armonía, de la sensatez, si es que tiene alguna por ahí.

No más daño a Venezuela y al resto de los pueblos del planeta. Nosotros como el resto de los países del orbe, tenemos derecho a ser libres, soberanos, sin tener que ponernos de rodillas ante él ni ante ninguna potencia extranjera. La Patria de Chávez y Bolívar solo se va de hinojos ante el Padre Eterno. Sálvanos de este señor, ilumínalo, guía sus pasos, no más guerra, no más sangre, no más sufrimiento.

Querido Niño Jesús te pido que el Todopoderoso solo toque el alma del presidente Trump, porque en Venezuela, los responsables del desastre, de los muertos, del desabastecimiento de alimentos y medicinas son títeres del mandatario gringo, ellos actúan como perfectos serviles, lacayos. Lo obedecen como perritos falderos. Y si el mandatario gringo da la orden, no serían capaces de mover un dedo, porque hasta cobardes son. Si, así como te lo escribo, esos terroristas que se ven envalentonados por los medios de comunicación desafiando y gritando, les habla Trump y se hacen pipí en los pantalones.
 
Creo en ti mí querido Niño Jesús, creo en Dios, pero antes de despedirme debo advertirte que si vas a considerar mi petición, utilices cualquier otro medio de comunicación que no sean la canalla mediática nacional e internacional, porque seguro que donde escribes paz, ellos borrarán y escribirán guerra, donde escribes amor borrarán y escribirán odio, donde escribes tolerancia borrarán y escribirán intolerancia, y así distorsionarán toda la información y la realidad de Venezuela tal como hacen cada vez que tienen la oportunidad.

Tampoco te valgas y confíes en los curas de la Conferencias Episcopal Venezolana, esa gente lleva al demonio debajo de la sotana. Algo insólito, pero es así. Convirtieron la CEV en un partido político al servicio de la violencia. Qué pena, que tristeza con estos religiosos, que deberían llevar a su grey un mensaje de hermandad y concordia y no de enemistad y desavenencia.

Te quiero mucho Niño Jesús, sálvanos de Donald Trump, te lo pido por amor a Dios y por este pueblo que te quiere y te venera. ¡Ayúdanos! No queremos ser otra Siria, otra Afganistán ni ninguno de esos otros pueblos destrozados por ese imperio criminal… Ten compasión de nosotros.

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