Transmitido a través de las
plataformas de Internet y las redes sociales, el programa se originó esta vez
en Caracas. Como punto de partida, Pérez Pirela utilizó su libro La cuestión
colombo-venezolana, publicado en 2012
(aunque hay una edición más reciente, del año pasado por Vadell Editores), pues
explicó que la destrucción del Estado-nación moderno venezolano es una
estrategia imperial que se despliega desde nuestra propia vecindad.
“Desde 2012 veníamos denunciando
esto que de hecho se está consumando: la intentona de desestructurar el
Estado-nación moderno de Venezuela. Varios intelectuales, entre ellos Luis
Britto García, Mario Sanoja, Iraida Vargas y Sergio Rodríguez, con prólogo de
Piedad Córdoba, denunciamos que se está fraguando un atentado no únicamente
contra el gobierno o una persona, ni siquiera contra los poderes públicos
instituidos, sino que se procura la desintegración intencional y voluntaria del
Estado venezolano”, señaló.
A su juicio, desde el pasado 23
de enero este plan ha dado un paso mucho más claro y se ha tornado “más espectacular
o especta-ocular”.
“No se trata solo de derrocar a
un presidente sino de acabar con las estructuras instituidas del Estado
venezolano. No es casual que se haga a partir de Colombia y su gobierno.
Planteamos que se trabajaba en la creación de un paraestado venezolano.
En la
introducción decíamos que la injerencia y el narcoparamilitarismo eran las
claves. Hay que comenzar por plantear
que nuestro país no es solo escenario del paramilitarismo, sino la silenciosa
construcción de un paraestado como mecanismo de injerencia estadounidense en
nuestro territorio”, indicó.
El pronóstico plasmado en el
libro indicaba que ese proceso no pasaría por una acción de las fuerzas armadas
tradicionales sino por una silenciosa guerra de cuarta generación. “El fin
último es generar un paraestado venezolano, a imagen y semejanza de los
paraestados colombianos. En Colombia existe en Estado tradicional, un
paraestado guerrillero y un paraestado paramilitar.
En Venezuela ha habido un solo Estado, con
sus únicas fronteras, su única Fuerza Armada Nacional Bolivariana y su único
presidente. Lo que sucedió ayer con el autonombramiento del diputado Guaidó
(quien llega a serlo con aproximadamente 90 mil votos), es un atentado directo
contra el Estado único venezolano. No es un atentado solo contra el presidente
Nicolás Maduro (quien fue reelecto con más de 6 millones 200 mil votos). Esto
lo decimos más allá de las críticas que tenemos para el gobierno bolivariano
por mala conducción económica y corrupción galopante e ineficiencia. Una cosa
es el descontento que puede haber y que de hecho hay, y otra cosa es
autoproclamarse presidente”.
Para Pérez Pirela el
acontecimiento no es sorprendente: es el siguiente paso luego de la creación de
un Tribunal Supremo paralelo y la aparición de unos militares que se declararon
Fuerza Armada Nacional paralela. También mencionó el caso del barco de la
ExxonMobil que operaba en aguas territoriales venezolanas, evento que debe ser
visto como parte del intento de desdibujar nuestras fronteras.
“UNA BARBARIDAD”
En esta oportunidad, Pérez Pirela
empleó como ayuda memoria una serie de preguntas que le formularon las usuarias
y los usuarios de las redes sociales durante el día. Continuando con su
análisis de los hechos de la semana dijo que “usted puede estar bravo con el
gobierno, pero de ahí a validar un presidente paralelo hay una gran distancia,
pues es avalar la creación de un paraestado venezolano. Esto es una barbaridad,
un sinsentido que debe ser rechazado, por chavistas, opositores e
independientes”.
“Si aceptamos el paralelismo,
estamos dejando sin Estado a la principal reserva de petróleo de la Tierra, a
una de las cinco mayores reservas de gas, a una de las fuentes hídricas más
importantes del mundo, a una de las regiones más ricas en minerales estratégicos”,
expresó, apuntando a los objetivos concretos de todo el plan.
“Es así como llegamos a esta
situación en la que nos encontramos con que un diputado cuasidesconocido ha
sido reconocido como presidente –añadió-. Queriéndolo o no, muchos de nosotros,
molestos con el gobierno, estaríamos amparando la destrucción del Estado
venezolano, lo que hará que quedemos desnudos antes las grandes potencias del
mundo”.
Lamentó que muchos han preferido
hacerse de la vista gorda con denuncias como las compiladas en el libro de
2012. En buena medida, se ha impuesto una visión que desprecia el trabajo de
los intelectuales, de los pensadores, de quienes hacen investigación.
EL ROL DE EEUUU
Pérez Pirela comentó que a
instantes de la autoproclamación de
Guaidó pudo apreciarse cuán potente es la beligerancia directa de EEUU que,
como dijo el canciller Arreaza, no está por detrás del golpe sino por delante.
“Esto es un golpe de Estado, hay que decir las cosas por su nombre”, enfatizó.
Al pasar revista a los países que
apoyaron la formación de un gobierno paralelo, mencionó a los que siguen al pie
de la letra la estrategia de EEUU, como la Argentina de Macri, el Brasil de
Bolsonaro y hasta el de Perú de un señor que nadie sabe cómo se llama, al que
no lo eligió nadie, sino que quedó en la presidencia cuando tuvo que renunciar
Pedro Pablo Kuczynski, el fundador del Grupo de Lima.
“Se dice que la comunidad
internacional está con Guaidó. ¿Qué es la comunidad internacional? Parece que
fueran EEUU, siete grandes superpotencias europeas y algunos países
latinoamericanos con gobiernos de derecha. ¿Qué pasa con los países de África y
Asia, con México y Uruguay, con la primera potencia económica mundial, que es
China? ¿Acaso no cuentan ni valen nada? En la ONU hay 193 países, pero
pareciera que la comunidad internacional son las superpotencias económicas y
bélicas”, subrayó Pérez Pirela, para insistir en que el suyo un discurso
venezolanista, no chavista ni opositor, una visión que defiende la existencia
de un Estado que tiene una frontera, unas armas y una cabeza común, basado en
una Constitución.
Se refirió al paramilitarismo
como segundo componente de la estrategia de desintegración del Estado nacional.
Recordó que en 2004 fue capturado un contingente de paramilitares en Caracas
que estaban acá para asesinar al comandante Hugo Chávez y propiciar la
desintegración del Estado.
Planteó que Colombia es un
elemento siempre presente en estas conspiraciones. “Esta semana pudimos ver la
acción de la oligarquía colombiana. Luego de la autojuramentación saltó el
presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, que es un oligarca
colombiano, a decir que ya estaba listo para entregarle créditos
a Guaidó. Congresistas uribistas hicieron mitines políticos en Bogotá. Duque
trató de convencer al presidente del gobierno español, Sánchez, de que apoyara al interino”.
Para complementar sus
apreciaciones al respecto, leyó extractos del libro que demuestran el apoyo que
recibe Colombia en materia militar por EEUU.
NO SEAMOS INGENUOS
En La cuestión colombo-venezolana
se explica que el plan tiene una serie de eslabones que se han venido
cumpliendo a lo largo del tiempo. Un primer eslabón es desestabilizar la
sociedad a través de la infiltración de una serie de modalidades de violencia
importada. “Son los delitos que ahora se manifiestan en las guarimbas en
barrios del este y el oeste de Caracas. ¿O es que vamos a ser tan ingenuos como
para considerar manifestaciones populares a esos tiroteos con armas largas y
granadas? –se preguntó-. ¿Quién puede creer que todos los muertos que están
buscando apenas cae la noche son otra cosa que expresiones de la importación de
la violencia colombiana y del paramilitarismo?”
Pronosticó que esta práctica
seguirá aplicándose en los próximos tiempos. “Esa es la presión que trata de
forzar una negociación obligada al presidente de la República Bolivariana de
Venezuela, Nicolás Maduro. Necesitan más muertos para ejercer más presión sobre
él y para producir más titulares en sus medios de EEUU, Londres, París o
Bogotá”.
Opinó que el plan se ha acelerado
en estas últimas semanas porque ya se crearon las condiciones para lograr
resultados, siendo la principal de ellas el bloqueo del ingreso de medicinas y
alimentos. “El pueblo está pasando por dificilísimas condiciones
socioeconómicas. Ese es el terreno abonado para hacer posible que nadie salga a
defender al gobierno legítimo frente al gobierno paralelo”.
“Tenemos que diferenciar entre
las condiciones duras que estamos viviendo y darle todo el poder a Trump para
que venga con una supuesta ayuda humanitaria. Es absurdo que pretenda ayudar
quien propició las condiciones socioeconómicas que generan la situación
crítica. Eso es pagar y darse el vuelto”, dijo. “No estoy negando que se
robaron mucho dinero destinado a medicinas. No busquen en mí posiciones bobas.
Siempre hemos tenido una postura firme ante los errores y la corrupción. Lo
hicimos hasta diciembre en el mismísimo canal del Estado venezolano. Pero de
allí a regalarle el país a Trump, son dos cosas muy diferentes”.
CUIDADO CON LOS ERRORES
Pérez Pirela advirtió que EEUU
está soñando con la opción de que el presidente se equivoque en el manejo del tema
de la embajada, tras el anuncio de ruptura de relaciones diplomáticas. “Están
esperando que se le toque un pelo a uno de esos funcionarios para que se dé el
casus bellis, la causa de guerra, la excusa. Ayayay si el gobierno cae en esas
dos provocaciones que están montadas: la de la ayuda humanitaria que llegaría a
nuestro territorio y la provocación de la embajada. Tendrían el camino liso
para una intervención militar en Venezuela”.
“¿Es posible una intervención
militar de EEUU en Venezuela? –se interrogó-. Sí. No se trata de una política
de Trump o de Obama, sino de una que tiene varios siglos en la que la América
Latina es una fuente de recursos baratos o gratuitos”.
Comentó que EEUU está dispuesto a
donar 20 millones de dólares, cantidad a la que calificó como una limosna a
cambio de las reservas de petróleo más grandes del planeta.
Al continuar con su lectura
comentada de algunos pasajes del libro, señaló que el segundo eslabón del plan imperial siempre ha sido derrocar al
gobierno y que para ello se han planteado varias veces el magnicidio, siendo la
más notoria la ocurrida en agosto del año pasado.
“El tercer eslabón es la
construcción del paraestado venezolano. Se consumó con la autoproclamación de
Guaidó. La conclusión es que Venezuela será el próximo paraestado de la región…
parece que estamos encaminados a eso.
Estamos frente a un golpe de Estado sin
máscara que pretende fracturar al Estado. Se busca una guerra civil en Venezuela. Al decretar la existencia de
dos presidentes, dos poderes judiciales, dos Estados, harán que los venezolanos
de lado y lado, convencidos de que tienen la verdad, comiencen a matarse, Dios
y la Chinita no lo quieran. ¿Quién gana en una guerra civil? Ganan aquellos que
sembrando el caos van a pescar en río revuelto”.
“Somos gente de un corazón
inmenso. Casi siempre reaccionamos de manera apasionada, como pueblo caribe,
pero debemos analizar lo que aquí se está jugando. No podemos esperar cinco o
diez años cuando se desclasifiquen los documentos del Departamento de Estado y
se confirme que todo fue un golpe de Estado”, insistió.
ESCENARIO DE UNA GUERRA MUNDIAL
Frente a la perspectiva de una
agudización de la violencia, Pérez Pirela propuso volver al terreno de la
negociación. “La política se diferencia de la guerra en que se usa la palabra,
no las armas. Me pregunto qué quieren hacer con el chavismo esas personas que
aspiran a tener el poder. He escuchado en radio y visto en páginas web que se
espera borrarlo con una varita mágica. ¿Será que piensan eliminarlos y que no
se defiendan? Por favor, hay que tener claro que existen dos partes en pugna,
que pueden empezar a matarse”.
Señaló que en el comportamiento
de numerosos actores con influencia en la opinión pública se aprecia lo que
calificó como una “normalización del golpe y de la violencia”. Buena parte de
esas personas están calladas ante lo que ocurre y otros respaldan el golpe como
si las guarimbas fueran algo digno de apoyar. “Estamos sembrando la semilla de
una confrontación entre hermanos. En un golpe de Estado gana quien tiene más
armas. Por eso EEUU está al frente como superpotencia bélica más grande del
mundo. Pero debemos tener en cuenta que Rusia y China han hablado, lo que no es
poca cosa. Podemos ser el escenario de una Tercera Guerra Mundial”.
Se pronunció por apoyar a quienes
han planteado una salida negociada, como el secretario general de las Naciones
Unidas, António Guterres y los gobiernos de México y Uruguay. Pero alertó que
EEUU no quiere nada de eso, solo quiere que se vaya ya Maduro.
Para quienes se han hecho
ilusiones con el inmediato reconocimiento de EEUU al supuesto presidente
interino, rememoró que el apoyo de Washington no necesariamente da legitimidad
ni garantiza permanencia, y es Pedro Carmona Estanga la mejor demostración de
ello, pues recibió el reconocimiento y apenas duró 47 horas en el poder.
Llamó a no subestimar las medidas
que EEUU podría tomar en este agravamiento de su confrontación con Venezuela.
“Nuestro país depende en gran medida de la venta de petróleo a EEUU. Un bloqueo
aceleraría la crisis económica y la guerra económica. No es un tema anodino. La
petrolera es una industria en la que no es posible, por razones técnicas,
cambiar de clientes de la noche a la mañana”.
MENSAJE AL GOBIERNO
El moderador de Desde donde sea
también envió un mensaje al gobierno nacional. “Ha cometido muchos errores.
Debe hacer trabajo de reflexión y autocrítica. Hacer todo lo que esté a su
disposición para llegar a un diálogo, una negociación. No es momento de bravuconerías,
de gallitos, de quién levanta más la voz. Quizá llegue ese momento, pero este
no es. Es el momento de un gobierno responsable, tranquilo, maduro que
restablezca el orden ante un grupo de extremistas que son capaces de lo que sea
para entregarle el país a Trump”, expuso. “Es momento de humildad”, añadió un
usuario a través de las redes y Pérez Pirela suscribió el comentario.
“El gobierno es la víctima de un
golpe y debe mostrar fuerza, pero estamos a tiempo de mostrar también humildad,
razón, paciencia, de llegar a acuerdos, de ceder en las ambiciones, como dice
alguien por acá… Somos venezolanos, orgullosos de serlo.
Nuestros problemas son
graves pero solo se solucionan actuando juntos, entre nosotros. Debemos
preguntarnos si acaso las diferencias entre chavismo y oposición dan para que
nos matemos…No cuenten conmigo para eso. La mayoría queremos diálogo,
negociación. La política de la confrontación y de los gritos no nos ha llevado a ninguna parte”, concluyó.
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