AVN/ Karelis González
El 10 de enero inicia un nuevo
período presidencial. Nicolás Maduro asumirá la primera magistratura de la
República, luego de resultar vencedor en las elecciones del 20 de mayo.
El voto de confianza de 6
millones 248.864 electores, cifra que se traduce en 67,84% de los sufragios,
significó un espaldarazo para profundizar políticas y programas de protección
social de la Revolución Bolivariana.
Con una participación del 46,07%
del padrón electoral, el candidato de la Revolución alcanzó la mayoría en los
23 estados del país. En estas elecciones, Maduro triplicó además su votación
frente a su más cercano rival Henri Falcón, al superarlo por 4 millones 320.906
votos.
El resultado, que legitimó el
nuevo gobierno de Nicolás Maduro, no solo contó con el aval del pueblo. Su
veracidad fue certificada durante la auditoría de Verificación Ciudadana, así
como por los 150 integrantes del Plan de Acompañamiento Internacional acreditados
por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para participar en el proceso comicial.
En estas elecciones el civismo
reinó en las calles. El pueblo desestimó las provocaciones, derrotó las
maniobras desestabilizadoras, salió en respaldo a las nuevas metas trazadas por
Maduro.
Más allá de un cargo, estaba en
juego la soberanía, un factor atacado por gobiernos, organizaciones extranjeras
de derecha que intentan ejecutar una intervención militar en la nación.
Precisamente, el poder que reside en el pueblo, el concepto sagrado que no
atiende a injerencias externas, es el que ratifica el mandato de Nicolás Maduro
para el período 2019-2025.
La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en su artículo 5, establece que "la soberanía
reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la
forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el
sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público. Los órganos del Estado
emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos".
De este modo, ni la política
agresiva, impulsada por el gobierno de Estados Unidos (EEUU), ni las
pretendidas acciones de desconocimiento del autodenominado Grupo de Lima
detendrán la toma de posesión del Presidente de la República, dijo Maduro el
reciente lunes.
"El 10 de enero yo voy a
cumplir la voluntad y soberanía popular, llueve, truene o relampaguee",
aseveró Maduro este lunes, luego de sostener un encuentro con representantes de
la petrolera francesa Maurel & Prom.
En esta ocasión, la juramentación
del Presidente de la República se realizará ante el Tribunal Supremo de
Justicia (TSJ) y no ante la Asamblea Nacional (AN), como tradicionalmente se
estila. Esta situación responde al desacato judicial que mantiene el Parlamento
Legislativo desde el 5 de enero 2016, luego de juramentar a tres diputados del
estado Amazonas suspendidos por irregularidades en el proceso de elección.
"Ante la situación de
desacato de la Asamblea Nacional, que sigue vigente y que no han querido acatar
decisión del TSJ y subsanar el hecho, porque son tercos y arrogantes, el
presidente no puede juramentarse ante esa Asamblea Nacional porque carece de
legitimidad. Lo pertinente es que el presidente se juramente ante el Tribunal
Supremo de Justicia", argumentó el presidente de la Asamblea Nacional
Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, durante un encuentro con el Congreso
Bolivariano de los Pueblos, celebrado el sábado 5 de enero.
Ante ello, se aplica el artículo
231 de la Constitución que señala "el candidato elegido o candidata
elegida tomará posesión del cargo de Presidente o Presidenta de la República el
diez de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento
ante la Asamblea Nacional. Si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o
Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional,
lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)".
Un día después de la
juramentación, el presidente de la República, Nicolás Maduro, se presentará
ante la ANC a fin de ser reconocido por el órgano plenipotenciario que convocó
las elecciones presidenciales del 20 de mayo.
"El día 11 debe ir el
Presidente la Asamblea Nacional Constituyente para ser reconocido por ese
Poder, quien fue el que convocó a elecciones. Cumplimos con lo establecido en
la Constitución y con los preceptos de la ANC y su suprapoder", indicó
Cabello.
Allí, frente al Poder Originario,
Maduro presentará la ruta del nuevo comienzo: el Plan de la Patria 2019-2025,
documento elaborado a partir de 30.000 aportes de las bases populares. De igual
modo, ofrecerá su mensaje anual a la nación, con el balance y logros obtenidos
en 2018.
No hay comentarios:
Publicar un comentario