Escribió para el diario español
El País una columna de opinión
Credito: CiudadCCS
3 mayo 2018 - El presidente de la
República, Nicolás Maduro, escribió un artículo de opinión para el diario
español El País donde explica que la Revolución Bolivariana en Venezuela, a
diferencia de otros procesos transformadores en el pasado, incorporó la batalla
electoral como un hecho fundante de una nueva democracia protectora.
En el texto, bajo el título
Nuestra democracia es proteger, también evaluó las estrategias usadas para
hacer frente a la guerra económica desde el inicio de la Revolución Bolivariana
con apoyo de factores de la derecha nacional e internacional a través de
bloqueos financieros y especulación cambiaria.
Nicolás Maduro
✔
@NicolasMaduro
En Venezuela la democracia es para el Pueblo,
y lo justo es lo que es bueno para toda la gente. Y como las necesidades de la
gente cambian y se renuevan, el nuestro es un proyecto revolucionario que está
en permanente cambio. Los invito a leer mi columna publicada en @el_pais:
https://twitter.com/el_pais/status/991818381144797184 …
Lea a continuación el artículo
íntegro:
NUESTRA DEMOCRACIA ES PROTEGER
Una economía que es pura
especulación, y no considera como prioridad la prosperidad y la soberanía del
pueblo, es hambre para hoy y mañana pan para el imperio. La economía es el
corazón de nuestro proyecto revolucionario
Nuestra democracia es distinta a
todas. Porque todas las demás —en prácticamente todos los países del mundo— son
democracias formadas por y para las élites. Son democracias donde lo justo es
lo que le conviene a unos pocos. Son democracias clasistas, donde los muchos
son vistos como más en cantidad, pero menos en calidad.
En Venezuela, no. En Venezuela,
la democracia es para los muchos, y lo justo es lo que es bueno para toda la
gente. Y como las necesidades de la gente cambian, se articulan y se renuevan,
es que el nuestro es un proyecto revolucionario que está en permanente cambio.
Por ejemplo, hace 20 años era
normal nacer en Venezuela en medio de la violencia obstétrica. Y estaba lejos
de todos nosotros imaginar siquiera que en el momento del parto no se juega
solamente la salud del recién nacido, sino también la salud y los derechos de
una madre y su familia. Pero la revolución cambió y se volvió feminista. Y
entre todos y todas decidimos remover la violencia machista de nuestro sistema
de salud y empoderar a las mujeres a través del programa nacional de parto
humanizado, respetando su proyecto y decisiones de alumbramiento y crianza.
Hace 20 años, antes de nuestra
revolución bolivariana, era normal echar la culpa de la cesantía de los jóvenes
a los propios jóvenes, y estaba instalada la idea de que los pobres lo eran
porque eran flojos y que por flojos merecían una salud paupérrima, sueldos de
hambre y vivir sin techo. Pero con nosotros en el Gobierno la cosa cambió. Y
supimos decir con fuerza que no es justicia que alguien siga siendo pobre si
trabaja todo el día.
Por eso es que durante los Gobiernos chavistas hemos
promovido una política de pleno empleo, y en mi Gobierno hemos lanzado, gracias
al carnet de la patria —que es un sistema que integró digitalmente a todos y
todas las venezolanas y venezolanos— el plan Chamba Juvenil, para garantizar a
nuestros jóvenes el acceso al trabajo y a su porvenir.
Dijimos también hace 20 años, que
era injusto que la vivienda propia fuese un sueño para el pueblo, pero realidad
solo para las élites, y entonces creamos el plan Gran Misión Vivienda, con el
que hemos construido y entregado más de dos millones de viviendas de calidad y
gratuitas a las familias, y con el que tenemos proyectado llegar, en pocos años
más, a los cinco millones de viviendas construidas.
A partir de este año, además,
implementaré un nuevo plan de Seguridad Social para que Venezuela vuelva a
tener esa educación y salud que tuvo hasta antes de las embestidas y la guerra
económica, y que nos tenía como ejemplo de calidad para Latinoamérica. Una
Seguridad Social que estará sostenida sobre una economía productiva estable,
soberana y próspera, y no sometida a los vaivenes de los precios del petróleo.
La revolución económica de este
nuevo período bolivariano tiene que ser innovadora y creativa. Porque decidimos
responder al bloqueo comercial inhumano al que nos han sometido los Gobiernos
de Estados Unidos y de Europa, y que tanto daño han hecho a nuestro pueblo, con
la invención de la primera criptomoneda respaldada en riquezas del mundo, el
petro, cuyos beneficios ya se están invirtiendo, inmediatamente, en la gente,
como siempre lo hemos hecho.
Porque para nosotros es esencial
en nuestra democracia que la economía esté al servicio del pueblo y no el
pueblo al servicio de la economía. Una economía que es pura especulación, y no
considera como prioridad la prosperidad y la soberanía del pueblo, es hambre
para hoy y mañana pan para el imperio. La economía es el corazón de nuestro
proyecto revolucionario. Pero en mi corazón está primero que todo la gente. La
economía o es para el pueblo o es abuso. Para nosotros, los bolivarianos, la
economía es justicia y la democracia, protección.
En Venezuela usamos una hermosa
expresión para llamar a los amigos: "Mi pana". Tiene varias
explicaciones, pero para mí es porque acá un amigo es un pedacito de las
entrañas de uno. Y eso mismo es, para nosotros los bolivarianos, la convivencia
democrática. La nuestra es una democracia de panas, porque para nosotros la
Patria es el pana y el otro, mi entraña. Porque para nosotros solo hay libertad
y democracia cuando hay un otro que piensa distinto al frente, y también un
espacio donde esa persona pueda expresar su identidad y sus diferencias.
Por
eso es que nos hemos empeñado con pasión en transparentar, en respetar y en
hacer respetar las leyes electorales para las elecciones del próximo 20 de
mayo. Estamos compitiendo junto a otros cuatro candidatos, todos distintos,
pero todos respetuosos del acuerdo de garantías democráticas suscritas por 14
de los 18 partidos políticos existentes en Venezuela. Y ese proceso será limpio
y modelo, tanto y más que las decenas de elecciones en las que hemos
participado los venezolanos en las últimas dos décadas.
Lo que pasa es que nos cansamos
de vivir polarizados, y decidimos convertir la violencia política de las
guarimbas en poder constituyente, y encontrarnos en una Constitución hecha por
el pueblo y para el pueblo. Por eso es que entiendo la desesperación de las
élites, que por décadas se dedicaron a convertir al pueblo en populismo, en
insulto, en tirria y en barbarie. La nuestra en cambio es una democracia
orgullosamente popular, qué duda cabe. Es una democracia de la gente.
Una democracia que es también
latinoamericana, africana e indígena. Porque en Venezuela tenemos un rito y un
mito fundacional. Tenemos a Bolívar y a Chávez. Que no son pasado, pero son
historia. Y siendo historia son también nuestro presente, porque son el sentido
desde donde guiamos nuestro porvenir. Somos una democracia única porque somos
una democracia de panas, justa, latinoamericana, popular, bolivariana, y donde
el otro es la Patria y la Patria somos todos, aquí y ahora, avanzando juntos.
Porque, como dijera Neruda:
"Que no nos juntaremos en la
altura
que bajo la tierra nada nos
espera
pero sobre la tierra vamos juntos
Nuestra unidad está sobre la
tierra".
Nicolás Maduro
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