REFLEXIONES DEL CONCEJAL GERMÁN LARES
La disciplina revolucionaria no
se debe quedar en teoría debe ser práctica, la disciplina no es más que la
capacidad de actuar ordenadamente para conseguir un objetivo, pero ella, nace
del propio pensamiento del individuo revolucionario, pero se activa del
objetivo colectivo.
Sin disciplina en una
organización es imposible emprender cualquier acción revolucionaria seria
Es necesario tener
desprendimiento consciente del objetivo individual y entregarse física y
espiritualmente al objetivo planteado
Un buen revolucionario o
revolucionaria, debe ser disciplinado(a), cultivar la humildad, la madurez
política; ir incluso, en algunas situaciones, en contra de lo que nos provoca,
sacrificando el deseo instintivo y dando
cabida al razonamiento profundo, al que conduce el análisis situacional. Pero
no confundamos el ser “disciplinado” con ser “borrego”, también la disciplina
revolucionaria exige el derecho a la comprobación y a la crítica constructiva,
al debate permanente, a la batalla de ideas. Por eso es, disciplina
revolucionaria en lo individual y en lo colectivo
Sin una férrea disciplina
revolucionaria sería más difícil seguir avanzando y pronto podrían aparecer
entonces, las dudas, los desencantos. La lucha es de todo un pueblo y es solo
con planificación real, organización y unidad alcanzaremos el objetivo
Sin disciplina la vanguardia
revolucionaria no puede existir, porque entonces ella se encontraría en
completa desunión práctica, sería incapaz de formular las tareas del momento e
incapaz de cumplirlas
La disciplina revolucionaria es
fundamentalmente autodisciplina del individuo a partir del objetivo colectivo.
Esto debe ser la línea de conducta de un verdadero revolucionario en total
coherencia entre tu ortodoxia y su orto praxis. Sin disciplina en la acción es
virtualmente imposible vencer en el combate. La indisciplina conduce a la
impotencia política y al anarquismo
Un cuadro revolucionario es
alguien que además de voluntad y resolución posee una sólida formación
política, experiencia y disciplina. Un cuadro
revolucionario no solo debe poseer una sólida formación teórica sino que
debe ser excelente en la transmisión de ese conocimiento. No es quién más sabe
o mejor habla sino quien mejor transmite y contagia los principios
fundamentales de lucha. La formación política se alcanza cuando se combinan
armónicamente el conocimiento teórico con la acción revolucionaria y la
disciplina para hacerlo
¡Dios los bendiga!
¡Leales siempre, traidores nunca!
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