La Iguana
El poder de los cómics no
conviene subestimar, se ha dicho en alguna ocasión en diferentes sitios de
opinión e investigación; y consciente de ello, el gobierno norteamericano los
utilizó durante la Segunda Guerra Mundial como herramienta de propaganda política
y patriótica.
Muchos de los guionistas de esos
cómics pertenecían a un grupo llamado Writers War Board, que trabajaba en
paralelo con el gobierno para ayudar en la propaganda bélica.
No es de extrañar, por tanto, que
la CIA, que había utilizado toda clase de métodos y herramientas para conseguir
sus fines, usaran los cómics como parte de una estrategia para llevar a cabo un
golpe de Estado.
La invasión, llamada Urgent Fury,
despertó un enorme rechazo no solo en la comunidad internacional ‒Canadá y el
Reino Unido expresaron su desacuerdo‒ sino dentro de las fronteras de Estados
Unidos, siendo objeto de un intenso debate tanto en la prensa como en el
Congreso.
En este contexto, la propaganda
se convirtió en una estrategia decisiva para lavar la imagen de las autoridades
a los ojos de todos.
Teniendo en cuenta el uso que se
había hecho de los cómics en el pasado, la CIA decidió producir un cómic en el
que se hablaba de las bondades de los norteamericanos y de lo malo que eran los
soviéticos.
El cómic, llamado “Grenada:
Rescued from Rape and Slavery”, fue lanzado desde aviones por toda la isla.
En su primera página del cómic se
puede leer un mensaje indicando que quienes lo publicaban pertenecían al grupo
VOICE (Victims Of International Communists Emissaries) y se hacía expresamente
esta petición a sus lectores: “¡Por favor, piensen y manténganse libres!”.
Pero el caso de Grenada no fue el
único. Un año después, en enero de 1985, la CIA realizó una especie de
cómic-manual para entregárselo a los insurgentes Contras, que fueron preparados
y financiados por Estados Unidos para derrocar al gobierno de Nicaragua.
En la introducción se explicaba
que se trataba de una “guía práctica para liberar a Nicaragua de la opresión y
la miseria al paralizar el complejo militar-industrial del estado marxista
traidor sin tener que utilizar herramientas especiales y con un mínimo riesgo
para el combatiente”.
Y aunque estos fueron los dos
únicos casos reconocidos oficialmente por la CIA, se sabe que no son los únicos
ejemplos de manipulación de la opinión pública a través de cómics.
Otros organismos norteamericanos
como la OWI (US Office of War Information) distribuyeron cómics del estilo de
“The Nightmares Of Lieutenant Ichi” y “Juan Posong Gives Ichi The Midnight
Jitters” entre los filipinos para levantarles la moral ante los ataques
japoneses.
A día de hoy resulta
tremendamente complicado identificar casos similares, pero probablemente es una
práctica mucho más común de lo que se piensa.
(Danilo González / Ciudad VLC /
La Piedra de Sísifo)
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