Trabajo Especial
Foto: Archivo
A 17 años del golpe de Estado en
Venezuela, se rememora uno de los hechos más lamentables de la historia
política del país, lapso donde el fascismo a través de los medios de
comunicación radicalizó un mensaje de odio y promovió una convocatoria: ¡Todos
a Miraflores, Chávez vete!, en ese momento venezolanos inocentes emprendieron
un camino trágico, planificado por los cerebros diabólicos de la derecha,
quienes inyectaron veneno ideológico en la consciencia de ese sector del pueblo
que creyó un su discurso, que solo ocultaba un enorme interés de llegar al
poder.
Sin embargo, a 17 años también se
conmemora la victoria del pueblo, de una población que a pesar de la más infame
campaña del fascismo, confió en que la revolución era el camino para consolidar
la igualdad y la justicia, por ende, no se dejaría arrebatar ese sendero que
lideraba el Comandante Eterno Hugo Chávez Frías.
11 DE ABRIL: ARRANCA EL
ALZAMIENTO GOLPISTA
La tarde de aquel 11 de abril de
2002, se convirtió en una de las más horrendas matanzas ocurrida en la historia
política del país, hecho que empañó la esperanza de un pueblo libre. Ese día un
sector de la cúpula empresarial y comercial se reveló para caldear las calles
del país, oponiéndose frontalmente
contra un paquete de 49 leyes promulgadas mediante una Ley Habilitante creada
por el Presidente, entre las que se encontraban la Ley de Tierras, que
facilitaba la lucha en contra del latifundio, así como la Ley de Hidrocarburos
que permitía el ejercicio de la soberanía en la actividad petrolera, entre
otras.
Aquel día se evidenció el
resentimiento de las cúpulas apoderadas de Pdvsa, quienes no le perdonaron al
Líder Revolucionario el impulso de la meritocracia en la estatal petrolera.
“Los méritos son una cosa y la
manipulación de esa élite para adueñarse de una empresa que es de todos
nosotros, es otra cosa”, sentenció el entonces Jefe de Estado durante cadena
nacional de radio y televisión, donde anunció la remoción de cargos en la
directiva de PDVSA, desencadenando así una serie de hechos violentos comandados
por la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV) y la Federación de Cámaras y
Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), representadas
por Carlos Ortega y Carmona Estanga, quienes a través de la firma de un
documento titulado "bases para un acuerdo democrático", con la
mediación de Luis Ugalde, rector de la Universidad Católica Andrés Bello; se le
exigía al gobierno cambiar su gabinete
económico, y que abandonara el sectarismo político.
Ante la negativa del presidente
Chávez en aceptar dichas exigencias los empresarios, sindicatos y partidos de
oposición crearon las alianzas fácticas para confabular un paro indefinido el
09 de abril que se convertiría en Golpe de Estado.
MEDIOS PRIVADOS, BRAZOS
EJECUTORES DE LA GESTA CONSPIRATORIA
Los medios de comunicación
privados asumieron en abril de 2002 el papel de los partidos políticos de la
derecha y dirigieron el Golpe de Estado, que buscaba arrebatarle al pueblo sus
esperanzas de lucha por una tierra libre y justa.
Jugando un papel determinante
antes, durante y después de la acción anticonstitucional, se promovió una ola
de violencia y de desinformación, montando una matriz mediática internacional
contra el Gobierno Bolivariano, acusándolo de represor y violador de los
Derechos Humanos.
Unión Radio, RCR, El Nacional, El
Universal, El Nuevo País, Venevisión, RCTV, Televén Globovisión, fueron algunos
de los medios que articularon acciones de persecución social contra el Gobierno
Nacional; se dedicaron a transmitir informaciones en la que referían supuestos
ataques por parte del pueblo revolucionario a la marcha opositora que se
dirigía a Miraflores, sin enfocar lo que ocurría al sur del Puente Llaguno, en
la avenida Baralt.
En medio de una incertidumbre
mediática, el 11 de abril de 2002 el presidente Hugo Chávez fue secuestrado a
través de una ola de violencia que se desató en el centro de Caracas, signada
por informaciones poco claras con las que se intentó hacerle creer a la
población que el gobierno había ordenado reprimir al pueblo y se incitaba a
usurpar ilegalmente el poder.
Dando inicio a los planes
violentos el Contralmirante Molina Tamayo llamó a una marcha que se dirigiera a
las inmediaciones de Miraflores, con el objetivo de encontrarse con la
manifestación popular que llevaba tres días en los alrededores del palacio en
apoyo al proceso de cambio y en rechazo al paro cívico comandado por la
patronal Fedecámaras y la CTV.
De este modo, se produjeron los
primeros hechos de violencia con disparos a dos manifestantes a quemarropa, y con las pretensiones de
callar lo que había pasado entre sus manifestantes, los medios privados
omitieron los hechos.
Luego de que se avistaran las
pugnas, a las 4:01 p.m se iniciaron abiertamente los disparos al mando del
comisario Iván Simonovis, Lázaro Forero y Henry Vivas hacia Puente Llaguno.
Fracturando así la esperanza del
pueblo bolivariano por varias horas, en el que se vería atacado por grupos
anacrónicos (Fedecámaras, CTV, medios de comunicación privados, trabajadores de
Petróleos de Venezuela (PDVSA), en coalición con la Coordinadora Democrática,
así como la jerarquía de la iglesia eclesiástica) que confabularon en intento
de derrocamiento del Presidente Hugo Chávez.
12 DE ABRIL: EL FASCISMO MUESTRA
SU VERDADERO ROSTRO CON UN GOBIERNO DICTATORIAL FUGAZ
Aquel día se le vio la verdadera
cara al fascismo quien en sus ansias de poder efectuaron cambios
desproporcionados e implementando una política neoliberal, significando esto el
retorno de la represión contra el pueblo venezolano.
Tras publicar una supuesta carta
de renuncia del presidente Chávez, se intentó menguar la acción violatoria
perpetrada contra la Constitución de la República, en tal sentido, todos los medios de prensa escrita, se
encargaron dejar bien claro que el Jefe de Estado había renunciado, solo se
escapó un detalle faltaba la confirmación
del propio comandante Chávez, de viva voz, pero esa voz estaba
vetada.
El hoy ministro de Cultura,
Ernesto Villegas, en su libro Abril, Golpe Adentro, narra cómo ese 12 de abril
comenzó el juego macabro, el cual fue liderado por las cúpulas oligárquicas que
hacían vida en Venezuela.
A las 5:00 a.m., el general
Efraín Vásquez Velazco, comandante general del Ejército, presentó ante los
medios a Pedro Carmona Estanga como la cabeza del nuevo Gobierno de Transición, donde hasta entonces se hablaba
de una Junta de Gobierno, para la cual sobraban nombres.
“Nadie explicó cuándo, cómo y por
qué aquella hipotética junta dio paso a la idea de un poder unipersonal, ni
cómo Carmona fue escogido para encarnarlo”, exaltó Villegas en su libro.
Hasta las 9:00 de la mañana, el
Gobierno de facto solo eran tres personas: Carmona, Carlos Molina Tamayo y el
coronel Díaz Vivas, pero que horas más tarde aparecerían las presiones por
estrellas y cargos de manera desesperada, mostrando el verdadero interés de
diversos sectores de la oligarquía nacional.
"A partir de ese momento
comienzan a arribar al Palacio cualquier cantidad de militares, entre ellos el
general del Ejército Henry Lugo Peña, y el coronel y abogado Julio Rodríguez
Salas, también del Ejército, quienes llegaron exigiendo en forma inmediata que
le pusieran el segundo sol a Lugo Peña —correspondiente a general de división—
y lo nombraran Comandante General del Ejército porque él se había jugado la
vida. Además, era el primero de su promoción en ascenso a general", narra
Carmona en su libro Mi testimonio ante la historia, donde también hace alusión
de un sin fin de acontecimientos ocurridos ese 12 de abril del 2002.
"Siguieron llegando
progresivamente militares y civiles pidiendo prebendas y cargos. Tuve
oportunidad de ver discusiones entre auto-postulados a cargos de ministro y de
embajador. Daba la sensación de que eso era una verbena, una rebatiña de gente.
Llegó el general Guaicaipuro Lameda, quien se ofreció para dirigir PDVSA".
INICIO DE UN FUGAZ GOBIERNO DE
FACTO "EL CARMONAZO"
Fue hasta las 4:00 de la tarde
cuando se observó el verdadero rostro de una derecha fascista y se llevó a cabo
la auto juramentación, a través de una sesión que se desarrolló en el salón
Simón Bolívar, del Palacio de Miraflores, en donde además demostraron su
repudio a la historia venezolana, quitando el cuadro del Libertador Simón
Bolívar.
Ese día llevaron adelante uno de
los hechos más lamentables de la historia del país, proclamando los siguientes
cambios y medidas:
- La disolución del Parlamento
(Asamblea Nacional), el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional
Electoral, de todos los gobernadores, alcaldes y concejales, la remoción del
Fiscal General, del contralor, y del Defensor del Pueblo, de todos los
embajadores, cónsules y vicecónsules, Misiones Permanentes Diplomáticas.
– Fueron eliminadas las 48 leyes
habilitantes, entre ellas la ley de Hidrocarburos, que garantizó el rescate de
los recursos petroleros la plena soberanía de la industria nacional PDVSA, y la
ley de Tierras y Desarrollo Agrario que inició la guerra contra el latifundio y
el impulso de la producción agrícola.
– Fue derogada la Constitución
que había sido aprobada por el voto popular de manera contundente en diciembre
de 1999, con lo cual se reponía el nombre de la nación como: República de
Venezuela, quitándole la condición de Bolivariana.
13 DE ABRIL: EL PUEBLO PULVERIZA
EL GOLPE DE ESTADO
La mañana del 13 de abril, el
Poder Popular se apostó en las calles de Caracas para exigir el regreso del
líder de la Revolución.
"Chávez, amigo, el pueblo está
contigo (…) Chávez no renunció, lo tienen secuestrado (…) Liberen a Chávez”,
eran algunas de las frases que exclamaba el pueblo enardecido mientras bajaba
de los barrios para llenar los alrededores del Palacio de Miraflores, la unión
cívico - militar hizo temblar al Gobierno de facto de Carmona Estanga y a las
cúpulas oligárquicas.
UNA CARTA DESMINTIÓ TODO
Tras ser aconsejado por el cabo
Juan Bautista Rodríguez mientras estaba secuestrado, el Comandante Chávez
decidió plasmar la verdad en una de las hojas que le dieron para que redactara
su renuncia.
“Yo, Hugo Chávez Frías,
venezolano, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, declaro: No he
renunciado al poder legítimo que el pueblo venezolano me dio.
¡¡Para siempre!!
Hugo Chávez Frías”, escribió en el papel que fue llevado más tarde por
Rodríguez hasta la Brigada de Paracaidistas de Maracay, para informar al pueblo
venezolano lo que en realidad estaba sucediendo con el líder de la Revolución.
OPERACIÓN RESCATE DE LA DIGNIDAD
NACIONAL
Así se denominó la acción para regresar a Chávez, la cual fue
liderada por el general Alí Uzcátegui Duques, quien tras descartar múltiples
opciones para arribar a La Orchila, organizó tres grupos de seguridad y a bordo
de tres helicópteros Súper Puma partieron a rescatarlo; al mismo tiempo, en
Miraflores, el entonces Coronel Jesús Morao Gardona se ocupaba de mantener el
control del Palacio de Gobierno por parte de las tropas leales al Gobierno de
Chávez.
Luego de casi dos horas de
recorrido, las aeronaves aterrizaron en la Base Naval, la suerte del Comandante
dependía del victorioso regreso a Miraflores.
Fue entonces cuando El Palacio y
Caracas se estremecieron ante la noticia de que Chávez había sido rescatado y
fue hasta las 2:50 de la madrugada del 14 de abril, en el helipuerto de
Miraflores aterrizó un helicóptero Súper Puma en el cual retornaba el
Comandante.