"... los Estados Unidos que
parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre
de la libertad..."
Simón Bolívar, El Libertador.
José Rosario Araujo II PARTE
Bolívar no recibió a Irving, intercambiando cartas en donde
aduce el caraqueño que la detención de los barcos norteamericanos se debía a
que habían violado el bloqueo y contrabandeado armas a los españoles. La
negativa del caraqueño se debe a que los norteamericanos se negaron a recibir a
Lino Clemente por el asunto de Florida.
El Libertador da terminado el duelo epistolar cuando propone
buscar de árbitros internacionales pero Irvin no cede y amenaza con el poderío
militar de su nación, razón por la cual después de ripostar a Irvin el venezolano da por concluido el
conflicto epistolar, que fue de 10
cartas, entre el 29 de junio y el 12 de octubre.
En la primera carta Bolívar se
expresa opinando sobre el olvido de los norteamericanos de la fraternidad y la
amistad apoyando a España con el
contrabando de armas a favor del enemigo de los patriotas. En las siguientes
cartas el “Hombre de América” indica que no puede de haber neutralidad cuando
se contrabandea armas de una de las
partes en contra.
Pero los yanquis no iban a dejar que ningún plan dañara lo
que tenían preparado para La Florida. Con una gran fuerza militar apoyada por
soldados españoles provenientes de La Habana.
Ya desde los inicios de la lucha de independencia de la
América española los norteamericanos fueron muy claros de que se encontraban en
paz con España y no iban a realizar ningún
acto que comprometan su neutralidad, pero se mantuvieron secretamente apoyando a los españoles y ya anteriormente
habían definido el conflicto como una guerra civil entre dos bandos.
Bolívar había encomendado a Pedro Gual en 1815 como agente de
Cartagena de las Indias ante el gobierno yanqui teniendo como misión comprar
pertrechos para la guerra, pero los gringos le negaban esa posibilidad alegando
la supuesta “neutralidad”.
La toma de la Florida significaba para los norteamericanos un
problema en sus relaciones de amistad con España. Monroe ordena la captura del Gral. McGregor e
inventa un incidente; como después los harían con la voladura del Maine, para
justificar la guerra contra España, o lo harían con el incidente del Golfo de
Tonkín para atacar a Vietnam; cuando el crucero yanqui aborda e incendia el
buque venezolano “Tentativa” asegurando que había violado aguas territoriales
de Los Estados Unidos.
Las fuerzas yanquis comandadas por Andrew Jackson, el
Comodoro Henley y el Mayor Bankhead toman la isla de Amelia expulsando a los
revolucionarios de Bolívar; el día 23 de diciembre de 1817, fundando
Jacksonville, teniendo una duración la República Bolivariana de La Florida de
66 días.
El Libertador Simón Bolívar estaba claro a pensar que
la unidad latinoamericana sería un muro
de contención en contra de los deseos de expansión de Los Estados Unidos. El 22
de junio de 1818 Bolívar encomienda a Lino de Clemente como enviado
extraordinario y ministro Plenipotenciario de Venezuela en Los Estados Unidos
para que solicite el reconocimiento del país como Estado Libre e Independiente y se fije convenios y tratados con ese país
para relaciones comerciales y políticas para los dos países.
Numerosa es son
las cartas de Bolívar aclarando la perversa e interesada conducta de los
“albinos”, como llamaba a los gringos, dirigida a Revenga: “Jamás
conducta ha sido más infame que la de los norteamericanos con nosotros” (San
Cristóbal, 25-V-1820); y “Ya que por su anti-neutralidad, la América
nos ha vejado tanto, exijámosle servicios que nos compensen sus humillaciones y
fratricidios. Pidamos mucho y mostrémonos circunspectos para valer más o
hacernos valer”.
A Urdaneta: “Wilson
me escribe que en los Estados Unidos no ha encontrado a nadie que hablara en mi
favor” (Guayaquil, 30-VII-1829); a Patrick Campbell, la famosa frase : “Los Estados Unidos “parecen destinados por
la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad”
(Guayaquil, 5-VIII-1829); a Santander: “Y
así, yo recomiendo a usted que haga tener la mayor vigilancia sobre estos
americanos que frecuentan las costas: son capaces de vender a Colombia por un
real si la tuvieran” (Magdalena, 13-VI-1826).
El Libertador definía
en estos términos a los yanquis como “canalla”, “belicosos”, “regatones”,
“capaces de todo”, “egoístas”, “humillantes” y “fratricidas”.
Entre los errores graves cometidos por Zea, fue la
entrega de las goletas “Tigre” y “Libertad” que habían sido retenidas hacía más
de dos años, siendo criticado por Bolívar por lo lacayo de ese proceder.
Bolívar entendía que los yanquis nunca reconocerían el
estado venezolano y dos años después; ya ganada la batalla de Carabobo; reconocía
ya la presencia del imperialismo norteamericano tratando de frenar el
desarrollo de nuestra América.
Bolívar desde que había sido nombrado en Cúcuta;
presidente de la Gran Colombia; designó a al Dr. Pedro Gual como ministro de
Relaciones Exteriores; que fue años después figura determinante en la
realización del Congreso de Panamá.
Envió dos misiones diplomáticas, una cerca de Perú,
Chile y Buenos Aires; dirigida por Joaquín Mosquera; y la segunda; liderada por Miguel
Santamaría; a México y Centro América
para proponer una liga de defensa.
Bolívar entendió perfectamente la existencia de dos
Américas y en sus planes de integración excluía a Los Estados Unidos. Reconocía
la unidad para poder enfrentarse al imperialismo español y al reciente imperio
norteamericano.
El Libertador fue enfático en sus expresiones de
identificar dos tipos de habitantes de América; los de la América Meridional, los suramericanos y los de la América Septentrional
que eran los de procedencia inglesa como los “gringos”.
El
CONGRESO ANFICTIÓNICO DE PANAMA
Después
de Ayacucho es impostergable la reunión de los países hispanoamericanos para
así el gran caraqueño podría reunir sus
quince años de pensamiento de unidad
Hispanoamericana.
Días
antes Bolívar había enviado una invitación a los gobiernos de Colombia, México, Río de La
Plata Chile y Guatemala, a formar el Congreso de Panamá. Era necesario “que los
intereses y las relaciones que unen entre sí a las repúblicas americanas, antes
colonias española, tengan una base fundamental que eternice, si es posible, la
duración de estos gobiernos”.
La
invitación viene firmada por Simón Bolívar
que ocupa la primera magistratura del Perú, y refrendada por Sánchez Carrión,
su Ministro de Relaciones Exteriores.
La
autoridad del Congreso la tendría “La
Asamblea de plenipotenciarios nombrados por cada una de las repúblicas y
“reunidos bajo los auspicios de la victoria, obtenida por nuestras armas…”. Que
difícil hubiera sido con esta unidad latinoamericana que nuestra América se
convirtiera por tantos años en el patio trasero gringo.
Por
eso es que ahora con este nuevo despertar latinoamericano; con estos vientos de cambios que surcan la
América India; crea la alerta en el
imperio que tratara de todas las maneras posibles defenestrar la unidad
latinoamericana.
Como
ahora es necesaria la unidad
latinoamericana para frenar el avance del imperialismo yanqui, en ese
tiempo era necesaria la unidad para frenar la Santa Alianza.
El
Libertador propone un periodo de seis meses para la instalación del Congreso.
Siendo
admirador de los griegos, reconocía que era necesario repeler la amenaza
extranjera y para combatirla había que formar un cuerpo anfictiónico que diera
la defensa de los intereses de los Estados que había pertenecido a la corona
española.
Los
griegos contaban con el derecho de enviar un representante para los concejos
anfictiones para solventar las diferencias entre los griegos.
Guayaquil;
propuesta por el Gral. San Martín El
Protector; Quito; por el mismo Bolívar; San José en Costa Rica y León en Nicaragua; sugeridas
por Cecilio del Valle; son las ciudades
que se disputan la sede del gran evento.
Que
claro estaba el Libertador cuando finaliza su carta de invitación con este
párrafo:
“El día que nuestros plenipotenciarios
hagan el canje de sus poderes, se fijará en la historia diplomática de América
una época inmortal. Cuando, después de cien siglos, la posteridad busque el
origen de nuestro derecho público, y recuerden los pactos que consolidaron su
destino, registrarán con respeto los protocolos del Istmo. En él, encontrarán
el plan de las primeras alianzas, que trazará la marcha de nuestras relaciones
con el universo. ¿Qué será entonces el Istmo de Corinto comparado con el de
Panamá?”
Al
conocerse el triunfo de las armas patriotas en Ayacucho ya los plenipotenciarios
podían reunirse “bajo los auspicios de la
victoria obtenida por nuestras armas”.
Bolívar
estaba seguro de que los yanquis no podían formar parte del Congreso, no
desconocía el caraqueño la posición colonialista del gobierno norteamericano y
la negativa de aceptar la liberación de Puerto Rico y Cuba; que ya seguramente
le tenían el ojo puesto. Pero como nunca falta un traidor, no podía dejar de
sabotear el Gral. Santander.
Conocía
el Libertador que la América Latina estaba aislada y amenazada y no se podía
vacilar por la debilidad de sus países, por eso la necesidad de la unidad
latinoamericana. Sabia con la amenaza de la Santa Alianza no se podía
planear ataques a Cuba o a Puerto Rico y así se lo hace saber a Paéz en una
misiva.
El
traidor Santander sigue insistiendo e
invita a Los Estados Unidos manifestando que son “unos amigos tan sinceros e ilustrados” tratando de destruir con
esto la unidad de los pueblos latinoamericanos.
Desde
este momento comienza la inherencia de los yanquis en las decisiones de Latinoamérica con la ayuda de sus lacayos
como ya se perfilaba el granadino Santander, que ya se había aliado con el “gringo” Anderson; comisionado al
Congreso, por invitación de Santander; para definir que su país se oponía a la
libertad de las islas mencionadas solamente que fueran anexadas a su país.
Quizás
a Los Estados Unidos no les gustó mucho no ser invitados por Bolívar al Congreso de Panamá, que fracasó, cuestión favorable
para ellos ya que el cónsul norteamericano para El Perú decía que con este
fracaso ellos se veían aliviados de un enemigo peligroso en un futuro. El
cónsul ingles en el Perú en carta dirigida al Conde de Dudley que era
Secretario del gobierno inglés le decía que los gringos lamentaban que donde
había brotado un Cesar no apareciera un Brutus y de esta manera demostraban sus
planes en contra de Bolívar.
Desde que los gringos se enteran del Congreso de Panamá
comienzan con una campaña de desprestigio en contra de Bolívar; como siempre
acostumbran y que a pesar de pasar el tiempo no dejan de aplicar las mismas
políticas. No solamente los yanquis son los que atacan al Libertador, también se
nota la mano inglesa, como buenos piratas que son no podían quedarse atrás de
sus herederos. Se niegan a que las disputas entre Brasil y Argentina por la banda Oriental de Uruguay se
lleven al Congreso.
El Congreso de Panamá fracasa y
los yanquis se ven aliviados de un peligroso enemigo como lo era la unidad
latinoamericana. Después del atentado de septiembre contra
Bolívar; el ministro yanqui conspira y espía contra Colombia; y el caraqueño escribe una epístola a su
Ministro de Relaciones Exteriores; Estanislao Vergara; acusando a Harrison
de mezclarse en los asuntos de la nueva nación latinoamericana.
En el mes de marzo de 1829, Los Estados Unidos envía
como Embajador al General William Henry Harrinson, hombre de posiciones
extremas y algo violento. En un banquete celebrado en la ciudad de Bogotá en el
aniversario de la Batalla de Boyacá, una persona propuso un brindis por los
hombres ilustres de América, sus libertadores: Washington y Bolívar. El militar
yanqui se enoja y grita:
¡Washington muerto vale mucho más que Bolívar vivo!
Para nadie era un secreto que en la Gran Colombia que
ya se encontraba moribunda y nuestro héroe luchaba para salvarla, la colonia
anglo norteamericana era enemiga de Bolívar.
Volviendo a los tiempos del fin de la Gran Colombia,
los anglo norteamericanos aparecen en la intentona del General Córdoba, en
donde falleció el héroe de la frase “A Paso de Vencedores”.
Este General granadino conocido por su bravura en el
combate era novio de Fanny Henderson, hija del embajador de Gran Bretaña en la
Gran Colombia, quien después de muerto Córdoba se consoló rápidamente casándose
con un paisano.
El Libertador era llamado en el Congreso de Los
Estados Unidos “el loco de Colombia”, en pocas palabras para los gringos hay
que ser loco para oponerse a sus planes y hay que dejar que sean destinados a
plagar de miseria a nombre de la libertad como dijo Simón Bolívar.
Los yanquis fueron desde el principio de la lucha por
la independencia latinoamericana enemigos de ella, ya que la libertad de estas
naciones favorecía los intereses de Inglaterra y no la de Estados Unidos. Las
cosas no han cambiado mucho desde esos tiempos.